Comentario
Gracias a Hesiodo y Homero conocemos el desarrollo de las bodas griegas. El autor de la "Iliada" nos presenta a la mujer valorada en bueyes, valor que el padre pagaba al novio y que se convertirá en el antecedente directo de la dote. Precisamente será la entrega de la dote lo que identifique el matrimonio legítimo frente al concubinato. El acuerdo previo entre las familias era el primer paso de la boda, denominada himeneo. Dicho acuerdo conllevaba un intercambio de prendas, la engyesis, y no era necesario la presencia de la novia en el acto. La celebración del banquete en casa de la novia era el momento de ratificación del acuerdo. Por la noche, los recién casados eran trasladados en procesión a la casa del marido.
Los matrimonios de conveniencia eran frecuentes, gracias a los cuales el hombre conseguía aumentar su posición social o política. Lo habitual era que los matrimonios se acordaran entre el padre de la novia y la familia del futuro marido, incluso participando el propio novio. El hombre contraía matrimonio a una edad mayor que la mujer, generalmente cuando había cumplido sus compromisos militares con la polis. Las mujeres eran, habitualmente muy jóvenes, casi púberes, por lo que el marido podía educarlas a su gusto.
El matrimonio integraba a la mujer en el genos o linaje familiar del marido, abandonando el propio y excluyéndose de la herencia de ambas familia. Si bien recibía la dote en el momento de la boda, ésta pasaba al marido. En algunos casos, la mujer era tenida en cuenta en la transmisión del kleros. Por ejemplo, la hija única, cuando el padre fallecía, podía retener los inmuebles familiares hasta que sus hijos fueran mayores de edad, auque no tenía la potestad de administrar a su gusto las propiedades, ya que no eran suyas. Epiklera era el nombre que recibía esta mujer transmisora de la propiedad.